Yo soy Licenciada en Informática Administrativa, empecé a involucrarme en la docencia cuando para poder solventar los gastos de titulación, ingresé a trabajar como instructor en un instituto donde impartían carreras técnicas, en este caso como operador de microcomputadoras, la forma de enseñar era diferente, así como la forma de evaluar, hecho que no me convenció por lo que opté por trabajar en empresas.
Por azares del destino llegué nuevamente a trabajar en escuelas privadas aunque no como docente, sino en el área administrativa, como auditor o como administrador de recursos humanos o administrador de centros de cómputo, pero por la distancia que tenía que recorrer y lo peligroso de el viaje, decidí buscar trabajo cerca de casa, así fue como ingresé a trabajar en una escuela oficial, donde nada más era auxiliar administrativo y responsable del centro de cómputo.
No pasó mucho tiempo y se me brindó la oportunidad de impartir clases, acepté pensando en que era un trabajo temporal en lo que encontraba algo mejor, sin embargo el reto fue grande, pensé que iba a ser igual que cuando inicié en el tecnológico de computación e intenté utilizar las mismas técnicas, pero era imposible, primero por el número de alumnos, en segundo lugar por la situación deplorable del equipo de cómputo, en tercero porque pensé que iba a ser como cuando yo iba a la escuela, nunca me imaginé la carencia de valores y las actitudes tan negativas de los chicos y así fue como empecé a involucrarme en la actividad docente, empecé a investigar, empecé a planear, a sentir; cuando los alumnos tenían actitudes negativas, me dolía mucho, lo contrario al observar actitudes positivas. También me afectaba mucho el no poder cumplir con los objetivos y al auto evaluarme y darme cuenta de mis errores me sentía mal y me derrotaba y planeaba cambiar de actividad, pero no me di por vencida, desde entonces la docencia se convirtió en un reto, y empecé a mejorar a capacitarme, a mejorar día a día.
El ser docente ha significado mucho para mí, pues he comprendido que:
Tener estudiantes a mi cargo y “dar clases” no significa ser docente, y que este título tampoco lo da una colección de años en el servicio, que es motivo de satisfacción el darse cuenta que se ha logrado trasmitir los conocimientos previstos, que un ¡gracias maestra!, no tiene valor, que al dar clase los alumnos no se han aburrido y más aún que se logró mantener la atención y el interés de la materia, que los alumnos sean capaces de relacionar los nuevos conocimientos con los previos y que uno se dé cuenta de que los emplea en su vida diaria. Es también satisfactorio reconocer que durante la práctica docente se aprende y des-aprende constantemente y se es capaz de reconocer los errores, a ser humilde y a trabajar colaborativamente tanto con los alumnos, como con mis compañeros profesores.
Mis motivos de insatisfacción serían, que en ocasiones debido a mi actitud, llegué a percibir actitudes negativas de mis alumnos conmigo, que a pesar de que he ido aprendiendo a lo largo de mi carrera, me he dado cuenta que me falta mucho para ser un excelente docente y que he fallado y sigo fallando en muchas cuestiones,como por ejemplo, cuando no logro causar impacto en mis clases y se pierde el interés por parte de los alumnos, o por ejemplo cuando no sé qué actividad logrará cumplir o desarrollar "X" o "Y" competencia o peor aún cuando me enfrento al momento de evaluar.
Para terminar, considero que los docentes son el motor de la institución y los cambios que se puedan realizar en beneficio de la educación se darán gracias a la actuación de nosotros como docentes.
Por azares del destino llegué nuevamente a trabajar en escuelas privadas aunque no como docente, sino en el área administrativa, como auditor o como administrador de recursos humanos o administrador de centros de cómputo, pero por la distancia que tenía que recorrer y lo peligroso de el viaje, decidí buscar trabajo cerca de casa, así fue como ingresé a trabajar en una escuela oficial, donde nada más era auxiliar administrativo y responsable del centro de cómputo.
No pasó mucho tiempo y se me brindó la oportunidad de impartir clases, acepté pensando en que era un trabajo temporal en lo que encontraba algo mejor, sin embargo el reto fue grande, pensé que iba a ser igual que cuando inicié en el tecnológico de computación e intenté utilizar las mismas técnicas, pero era imposible, primero por el número de alumnos, en segundo lugar por la situación deplorable del equipo de cómputo, en tercero porque pensé que iba a ser como cuando yo iba a la escuela, nunca me imaginé la carencia de valores y las actitudes tan negativas de los chicos y así fue como empecé a involucrarme en la actividad docente, empecé a investigar, empecé a planear, a sentir; cuando los alumnos tenían actitudes negativas, me dolía mucho, lo contrario al observar actitudes positivas. También me afectaba mucho el no poder cumplir con los objetivos y al auto evaluarme y darme cuenta de mis errores me sentía mal y me derrotaba y planeaba cambiar de actividad, pero no me di por vencida, desde entonces la docencia se convirtió en un reto, y empecé a mejorar a capacitarme, a mejorar día a día.
El ser docente ha significado mucho para mí, pues he comprendido que:
Tener estudiantes a mi cargo y “dar clases” no significa ser docente, y que este título tampoco lo da una colección de años en el servicio, que es motivo de satisfacción el darse cuenta que se ha logrado trasmitir los conocimientos previstos, que un ¡gracias maestra!, no tiene valor, que al dar clase los alumnos no se han aburrido y más aún que se logró mantener la atención y el interés de la materia, que los alumnos sean capaces de relacionar los nuevos conocimientos con los previos y que uno se dé cuenta de que los emplea en su vida diaria. Es también satisfactorio reconocer que durante la práctica docente se aprende y des-aprende constantemente y se es capaz de reconocer los errores, a ser humilde y a trabajar colaborativamente tanto con los alumnos, como con mis compañeros profesores.
Mis motivos de insatisfacción serían, que en ocasiones debido a mi actitud, llegué a percibir actitudes negativas de mis alumnos conmigo, que a pesar de que he ido aprendiendo a lo largo de mi carrera, me he dado cuenta que me falta mucho para ser un excelente docente y que he fallado y sigo fallando en muchas cuestiones,como por ejemplo, cuando no logro causar impacto en mis clases y se pierde el interés por parte de los alumnos, o por ejemplo cuando no sé qué actividad logrará cumplir o desarrollar "X" o "Y" competencia o peor aún cuando me enfrento al momento de evaluar.
Para terminar, considero que los docentes son el motor de la institución y los cambios que se puedan realizar en beneficio de la educación se darán gracias a la actuación de nosotros como docentes.
Me gusta su estrategia, pues creo que es lógico de que lo más importante es que los estudiantes aprendan a buscar y a seleccionar información real. Se puede complementar con que el profesor dé un directorio de ligas donde el estudiante investigue.
ResponderEliminarHola Maestra Adriana:
ResponderEliminarSer docente es una actividad que rebasa la supuesta facilidad de transmitir.
El rol de docente se acendra en el propio ser dado que es una vocación de ayudar a ser más con quienes compartimos el tiempo de nuestra actividad educadora.
Muy agradable su Blog.
Saludes:
José Bárbaro
Hola Profra. Adriana:
ResponderEliminarDe verdad que ser docente representa un gran reto para todos pues no solo transmitimos conocimiento, también educamos, formarmos en valores, debemos ser ejemplo así que nuestra labor es muy ardua pero con grandes recompensas.
Saludos
Melina